Por: Migue Eduardo Muñoz Guevara – miguelmu65@hotmail.com

En Popayán siempre existe la preocupación de cómo estamos frente al país en la tasa de desempleo, no sabemos cuáles son los referentes tenidos en cuentas para calificarlo, lo que nos interesa es el lugar que ocupamos en la tabla y cuáles las estrategias del gobierno para mantenernos en un digito o dos.  De todas maneras, la figura del desempleo se mantiene latente en nuestra sociedad, como un fantasma que nos acompaña y cobija con una percepción constante por la falta de oportunidades laborales. Analizando las estadísticas entregadas por el Dane sobre la tasa de desempleo en el país, donde según la entidad “en el 2018 la tasa de desempleo en el total nacional fue 9,7%, presenta  un aumento de 0,3 puntos porcentuales al compararlo con 2017 (9,4%)”, estas cifras han generado en la opinión pública escepticismo en cuanto a las políticas actuales que buscan contrarrestar el fenómeno y conllevan a analizar las diversas coyunturas que inciden en los resultados, que objetivamente tienen que ver, entre otros aspectos, con temas de orden público, migración, dinámicas económicas y sociales.

En el caso puntual de Popayán, de acuerdo al informe de la entidad, entre enero y diciembre del 2018 presenta un porcentaje de 10.9, cifra alta, pero que la ha alejado de los deshonrosos primeros lugares, hoy ocupados por ciudades como Quibdó, Cúcuta y Armenia, pero que Popayán está en contravía por la percepción de falta de oportunidades o trabajo digno para ciudadanos del común.

Popayán tiene complejas dinámicas sociales y se convierte en todo un desafío para los gobernantes, al momento de diseñar soluciones perdurables en el tiempo para aumentar la opción laboral, ya que, en temas de desocupación, las circunstancias son variables.

La capital caucana continúa siendo una ciudad alejada de las posibilidades de la industrialización, lo que para otras urbes representa un alto grado de opciones laborales para sus ciudadanos. Por otra parte, al ser el centro poblado con mayor dinámica administrativa y comercial, es el foco de todas las miradas del resto del departamento, que ven a la ‘ciudad blanca’ la primera posibilidad de superación y progreso personal.

La violencia hoy vuelve a tomar fuerza por causa de la delicada situación que viven algunos municipios del departamento, que sufren con mayor rigor la presencia de grupos al margen de la ley, quienes vienen incrementando las amenazas a líderes, extorsiones a empresarios, entre otras dinámicas delictivas, lo que conlleva al desplazamiento forzado que se ve reflejado en la ciudad con el aumento de la informalidad, el mototaxismo como solución al desempleo, e infortunadamente en la violencia, representada en hurtos, atracos,  microtráfico, fleteo, etc.

Sin embargo, de la misma forma como se presentan las dificultades, también están los retos para crear estrategias que van de la mano con las fortalezas de la ciudad, que deben convertirse en soluciones que involucren a todos y que deben redundar en beneficio de quienes la habitamos.

Una de estas fortalezas, ya reconocida es el turismo, que, con ocasión de la Semana Santa y el Congreso Gastronómico, permite a la ciudad recibir un buen número de visitantes extranjeros y connacionales en estas temporadas, que permite recibir los dividendos económicos que no se perciben sino en estas temporadas.

Podríamos hacer una lista de las estrategias que le permitirían a la ciudad aumentar su posibilidad en oferta laboral, sin embargo, por causa de espacio, lo estaremos analizando en siguientes entregas. De lo que estamos seguros, es que lo que más necesita nuestra ciudad, es voluntad, creatividad y trabajo arduo, buscando el progreso de quienes que hemos decidido permanecer en ella, apostándole a una ciudad amable, con todo el potencial de desarrollo, con crecimiento ordenado, mejorando la estabilidad laboral y creando lo que añoramos más empleo.