Por: Miguel Eduardo Muñoz Guevara – miguelmu65@hotmail.com 

Después de varios años, hemos vuelto a revivir en Popayán días críticos alrededor del manejo que se le da a los restos, desperdicios o sobrantes procedentes de las casas, la agroindustria o el comercio, denominados por algunos basura y por otros residuos sólidos.

Esos productos emitidos por nuestras actividades del diario vivir, tienen un tránsito en cuatro etapas, desde el punto de emisión, hasta el sitio de destino final, que en Popayán se denomina relleno sanitario ‘Los Picachos’. Es necesario analizar, qué pasa actualmente en el punto de emisión, especialmente en los hogares, donde no clasificamos los residuos sólidos orgánicos e inorgánicos; luego en la demorada recolección de las bolsas plásticas en barrios y plazas de mercado; en el transporte realizado en vehículos aptos y no aptos y finalmente su disposición en el “relleno sanitario”.

El problema surgió cuando los habitantes vecinos al relleno sanitario ‘Los Picachos’ en el sector de La Yunga, impidieron que los camiones que transportan la basura llegasen a ese sitio; denunciando que no soportan los malos olores, la creciente colonia de mosquitos y gallinazos, los daños en la vía causados por el permanente circular de los camiones recolectores, el intenso ruido que acabó con la tranquilidad nocturna, pero especialmente la contaminación al suelo y aguas subterráneas, producida por los líquidos lixiviados que emiten los residuos sólidos depositados en el suelo.

Se repiten, hoy los mismos reclamos que generaba la disposición de las basuras en la zona del relleno sanitario ‘El Ojito’, hacia el barrio Lomas de Granada y que, dada la fuerte crisis en aquel tiempo, el municipio de Popayán se vio obligado a que SERVIASEO trasladara su actividad a otro lugar, en este caso a la Yunga.

Luego de ordenar la CRC el cierre del “relleno”, SERVIASEO garantizó correcciones al posible daño y por lo mismo, la CRC levantó la medida de cierre pero muy vigilante a futuro, de tal forma que se normalizará el envío de residuos nuevamente al “relleno”, evitando el costoso envío al Valle del Cauca, cosa que repercutiría en un aumento en el pago del servicio para el consumidor.

Lo cierto de todo esto, es que algo grave está pasando con el manejo de los residuos sólidos de Popayán, ya que se presenta la misma sintomatología de años atrás, con protestas de la comunidad aledaña al lugar de depósito donde el destino final se ha convertido en un puro y clásico botadero de basura, donde no se observa ningún tratamiento de separación de los residuos orgánicos e inorgánicos; no existe un verdadero aprovechamiento en función del reciclaje, dándole un manejo y mejor aprovechamiento a lo que sí sería un relleno sanitario, donde se saque un beneficio ambiental a lo que producen los residuos. Sólo se limitan a llenar un hueco, para más tarde convertirlo en una peligrosa montaña.

Es procedente aprovechar la motivación e interés de la comunidad para que con ella se den respuestas, soluciones ordenadas y perdurables a la ciudad, lo ideal es llegar a la meta de BASURA CERO, situación alcanzada en muchas ciudades del mundo, donde solo el 25% va al relleno sanitario y el 75% se aprovecha en diferentes formas de reciclaje, pero SERVIASEO recoge basura y bota basura, teniendo hoy un gran basurero al cual no se le hace ningún tratamiento.

En esta crisis, queda pendiente la respuesta por parte del Municipio y de Serviaseo, a quienes como usuarios cancelamos mensualmente un valor por “la prestación de un servicio en óptimas condiciones”. Por eso requerimos una respuesta clara al cómo se va a garantizar un mejor medio ambiente evitando la contaminación de tierras y ríos y que mecanismos se van a utilizar para realizar el reciclaje; el compostaje; la producción de energía; la recolección; el manejo tarifario, etc.