Por: Álvaro Casas

Hemos sido críticos del Gobierno que preside el señor César Cristian Gómez Castro, pero también reconocemos sus pocos aciertos:

1. Actualización del Estatuto de Valorización, que toda ciudad moderna necesita para que la comunidad apoye la financiación de los proyectos de inversión.

2. Creación de la Secretaría de la Mujer, que es un importante paso hacia la Equidad de Género.

3. Transformación de la UMATA en una Secretaría de Desarrollo Agropecuario, para impulsar el crecimiento del sector en nuestro Municipio.

4. El Punto Clave, al norte de la ciudad, que busca descentralizar los servicios de la Administración Municipal.

5. El apoyo a la cultura, con actividades como la «Noche de los Museos», que genera nuevas oportunidades para la recreación y el sano esparcimiento.

Nada más; en medio de la improvisación, una gestión salpicada por frecuentes escándalos por presunta corrupción, que tienen este Gobierno bajo la lupa de los Órganos de Control y la Fiscalía General de la Nación, con investigaciones aún sin resultados en firme.

Se destaca el afán por privatizar servicios, sin licitación, las obras, sin una adecuada planeación, con pliegos que excluyen a la ingeniería caucana y el atraso del Proyecto SETP, donde solo han podido ejecutar un (1) contrato de obra completo, en casi tres (3) años de administración, a pesar de contar con los recursos.

A ello se suma un desapego a la legalidad, incluso en lo elemental, que es es el ejercicio de la potestad nominadora, un caos permanente en materia de movilidad, porque las obras no tienen un adecuado Plan de Manejo de Tráfico y una nefasta gestión en el tránsito local, donde se ensaya con la instalación de bolardos plásticos, que se ponen y quitan al capricho de la Administración.

Además, la deficiente gestión ambiental, que va en declive, por la omisión de controlar los vehículos de servicio público que contaminan sin límite alguno; la falta de control al uso del espacio público, que ha convertido las vías públicas en sucursales de las galerías, incluso en el centro de la Ciudad.

Tampoco aprueba el señor Alcalde en la conservación de los bienes de uso público, porque los parques están en mal estado, los escenarios deportivos abandonados y los bienes de interés cultural, como la Casona de «Los Tejares», amenazan ruina.

El Plan de Desarrollo Municipal no ha avanzado más allá del 30%, a tal punto que se bajaron las metas de resultado para los cuatro años, con el apoyo del Concejo Municipal y la mayoría de los Proyectos Estratégicos no podrán ser ejecutados, siendo el más emblemático la construcción de la PTAR, que el señor Alcalde no fue capaz de ejecutar, a pesar de que La Nación aportó los recursos en la vigencia 2017.

El panorama se nubla, aún más, por la falta de adecuados controles, porque, en lo político, el Concejo Municipal ha sido pálido y liviano y los controles disciplinario y fiscal son laxos, por la actitud ínclita de la Personería y la Contraloría Municipal.

El cambio sí se ha visto, pero no para bien de Popayán y eso lo lamentamos, porque a todos nos afecta la mediocre gestión del señor Alcalde de Popayán, a quien la soberbia le impide rectificar y enderezar el rumbo.