Por: Óscar Rodrigo Campo Hurtado
Una vez más recibimos con beneplácito el anuncio del Gobierno Nacional, esta vez en declaraciones al diario La República, del presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, Manuel Francisco Gutiérrez, del interés y compromiso porque el corredor Popayán- Pasto pueda ser intervenido por la entidad; como proyecto 5G y programado en la segunda ola para adjudicar el próximo año. A este anuncio vale la pena hacerle una reflexión que nos sirva a la vez de plan de acción para que la emoción de tan importante noticia no se nos desvanezca nuevamente.
Este es un proyecto que ya se viene trabajando desde hace algunos años, donde además del diagnóstico se logró vencer la etapa de pre factibilidad y con mucho avance la de factibilidad, a punto de haber sido priorizado por el gobierno Santos para la última ola de las 4G, y donde nos quedamos con los ‘crespos hechos’ porque no se dio inicio al proceso licitatorio. Pero más allá de llegar a señalamientos o buscar culpables del porqué después de tantos años no se inicia con esta estratégica obra, vale la pena que todos entendamos que los proyectos que maneja la ANI son para concesionar, donde el interés del privado se vuelve fundamental para que exista una inversión, que el tercero recupera a través del recaudo por los peajes y que la proyección financiera determina una tasa interna de retorno, con lo que se mide lo atractivo o no del proyecto. En este caso en particular, los $4.5 billones, costo de hace 3 años, es un valor exageradamente alto para que en las condiciones actuales de recaudo posicione el interés de un participante y que este tome integralmente el corredor por 15, 20 o 30 años.
Y como todo nos debe servir de experiencia, como acto de contrición debemos recalcar dos cosas: 1) De manera individual, solo los caucanos no haremos presión para que el proyecto avance, y 2) Sin presión, el proyecto no se consolidará como una realidad para nuestra región, y es por eso que la solicitud es a los gobernadores del Valle, Cauca y Nariño, junto a toda la bancada parlamentaria y los consejos gremiales de los tres departamentos, a unirse y luchar para que esta vía no se siga trabajando el 100% como concesión. Necesariamente debe haber una importante inversión por obra civil, es decir, no sería la ANI la que llevaría la vocería de todo el proyecto, sería entonces el Instituto Nacional de Vías, Invías, quien debe liderar la construcción de varios tramos de suma importancia como la variante Timbío- El Estanquillo ($2.7 billones) y también para nosotros, en el Cauca y Popayán, la doble calzada hasta Timbío y la variante oriente de nuestra capital. Esta última hace parte del esfuerzo conjunto entre el Invías y la Gobernación del Cauca, que se presentaron a uno de los Órganos Colegiados de Administración, OCAD, del año anterior para la pre inversión de esta variante, consiguiéndose los recursos por el Sistema General de Regalías, SGR, para que la Secretaría de Infraestructura del Departamento adelante los diseños definitivos a la mayor brevedad. De esta forma, tomaría cuerpo real la iniciativa de la ANI de poder concesionar por $2 billones y no por 4.5, con una línea de base para la proyección de tres peajes entre Popayán y Chachagüí, para que esa segunda ola de las 5G sea una realidad y no un anuncio superfluo del que hemos celebrado bastante, pero que cada vez somos más escépticos de que bajo el mismo formato se pueda cumplir.
No pudiera dejar pasar esta oportunidad para reconocer el acompañamiento del Consejo Gremial, en particular de la Asociación Caucana de Ingenieros, y de algunos parlamentarios, a la Gobernación del Cauca, que lleva 8 años presionando y golpeando puertas para que esta obra sea el mayor motor de desarrollo para el Suroccidente Colombiano y en especial, para nuestro sufrido departamento, hoy con algunos logros importantes como la inclusión en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo y la decisión de estructurar nuevamente este proyecto.
Pd. Los dos corredores adjudicados por la ANI de sumo interés por los caucanos se encuentran suspendidos por los líos judiciales del concesionario, que es el mismo en ambas vías. Popayán – Santander de Quilichao y Santa Ana – Mocoa – Neiva (este atraviesa la bota Caucana en más de 40 kilómetros).