Hoy, un secreto de mi corazón:
«Los ví jugar con el hambre de 24 mil niños en un retazo papel»
Sí, por cosas de la vida me tocó ver a un bastardo politiquero dibujar una «suerte» de marco lógico en media hoja de papel para asignar 4.300 millones de pesos del PAE 2012 en mi Popayán del alma. ¡Sí, así se hace política pública en el platanal del sagrado corazón!
No sabía que me producía mas putería, ver al imbécil decir sandeces en un completo concierto de ignorancia o percibir el morbo asqueroso con que se saboreaba esperando sacar su tajada de tan alta cantidad de dinero. ¡Sí, así se financian las campañas de los ladrones que llegan al poder!
Mi suerte ya la conocen la mayoría, a pesar de esforzarnos con un equipo de jóvenes por cuidar al máximo la comida de los niños de Popayán, nos aplastaron como palillos; nadie tenia poder ni contactos.
Me obsesioné, después de que me echarán como un perro. No podía desayunar pensando en que las vallas y los pasacalles de las próximas elecciones se pagarían con hambre de los niños de mi pueblo. Y cómo el niño qué no tiene idea de lo que dice decidí ser político. Si ese gordo, ignorante, carechimba podía; yo podía.
Pronto me estrellé con la realidad; en Colombia no hacemos política, conseguimos votos; y hay dos formas de conseguir votos: o haces que muchas personas te recuerden por alguna razón o compras los votos. Para comprar votos hay toda una metodología ¿Que digo? ¿Metodologia? Consigues plata de donde sea y pagas; y de «donde sea» pasa por lavado de activos, narcotráfico, corrupción hasta financiamiento de grandes empresarios que necesitan que se hagan leyes a su favor (corrupción al fin y al cabo). Y para que la gente te recuerde por alguna razón pues necesitas medios de comunicación y eso vale plata, osea que la burra vuelve al trigo.
Entonces emprendí una carrera por aprovechar las redes sociales como caballito de guerra contra todo un imperio de poder, y jamás imaginé que llegaría este día; es más estaba al punto de darme por vencido. Las redes sociales me dieron la oportunidad de llegar a 142.132 personas en estas dos últimas semanas . Algo que ni en mis mejores sueños imaginé y por eso quiero agradecerles desde lo mas profundo de mi alma. ¿A que precio? No ha sido fácil, el escarnio público es de los peores escenarios posibles. Te destrozan, hablan, inventan, crítican, destruyen; y quienes me conocen saben que no soy una persona que llevé eso fácilmente.
Lamento los tropiezos, las fallas y la polémica; aunque todos sabemos que es la mejor forma de hacerse viral. Lamento que piensen que soy una mala persona en realidad tengo mucho por mejorar pero no soy un demonio. Lamento a quién lastime sin saber y a quien ofendí con mis comentarios. Lamento aprender a los empujones, hubiera querido que fuera diferente.
Sólo espero que valga la pena.
Por ahora contarles que me daré una pausa para construir la campaña al concejo de Popayán, porque llegó el momento de
#LaPolíticaComoDebeSer
Los quiero mucho