Nelson Eduardo Paz Anaya – nelsonpazanaya@hotmail.com

Si hay una región en Colombia, con destacada presencia histórica desde los inicios de la conquista, la colonia, la independencia, la formación de la república, la consolidación del modelo de estado y en la afirmación de la nación, es el Cauca.

Sin embargo, su accionar histórico, así como su inmensa extensión territorial, se resquebrajo por los intereses regionales y económicos que se fueron dando en otros lugares, en la medida que el sistema capitalista fue avanzando en su fijación.

La diversidad étnica, fuente de riqueza cultural y de desarrollo, no ha podido cumplir su cometido, por el nivel de sumisión, de pobreza y atraso, con que inicio sus procesos en la etapa de formación de la nacionalidad.

El Himno del Cauca, contiene el propósito de tener “una sola ilusión”, sin lograrlo, porque las dificultades creadas por la estructura económica, son tan profundas que ocasionan más conflictos que proyecciones concertadas.

La ubicación en uno de los mejores sitios de la geografía de América, no ha podido dar las mejores condiciones de vida porque su aparato productivo, no se ha podido adecuar a eficientes, equitativas y sostenibles fórmulas de producción y competencia.

A pesar de la memoria histórica, de la tradición religiosa y de la costumbre como aglutinantes culturales y políticos, no se han construido propósitos colectivos generales, que convoquen el compromiso, el pensamiento y el trabajo de sus pobladores, porque inclusive los partidos tradicionales que debieron cumplir esta tarea se perdieron en el mundillo de las partes para atender los intereses personales o de grupos reducidos y privilegiados.

De una o de otra manera, la política regional no ha sido más que  reflejo de la  nacional; turbayistas y gaitanistas, frente nacionalistas y emerrealistas, oficialistas e izquierdistas, derechistas y progresistas, liberales santofimistas y galanistas del nuevo liberalismo, todos en afán por la cosa local.

Los indígenas avanzan en su formación productiva, social y política, la población afrodescendiente no tiene un eje de construcción organizativa que aglutine sus múltiples expectativas, y el mestizaje del resto de la población, se dispersa por varios factores.

No es de extrañar, bajo estos parámetros, como los partidos tradicionales perdieron la dirección del departamento, aun ganando ocasionalmente algunas elecciones locales, porque el desasosiego de sus militantes se colapsó, por la falta de respuesta, a las inquietudes que crean desespero.

La situación socioeconómica del Cauca, permite las más diversas visiones sobre sus realidades, ningún modelo se resalta por sus bondades porque todos carecen de indicadores en sus resultados, todo se improvisa, nada se ajusta a los estudios institucionales sobre prospectiva, todo se vuelve coyuntural y se ajusta a los azares de la politiquería, basta mirar cuantas inversiones se quedaron sin lograr sus objetivos, para entender el daño de la improvisación.

No debe extrañar por lo tanto, como se reconoce y se repite de diferentes formas y expresiones, la presencia de una inmensa corriente de opinión independiente, que acompaña y condiciona el diseño futuro de este territorio, no puede ser de otra forma.

El dictamen ciudadano se alindera en torno al partido Centro Democrático del expresidente Uribe V. y el resto en torno a una organización colectiva que se aglutina por la presión de las mismas fuerzas sociales y que asume la responsabilidad de construir una renovada manera de conducción política.

Se agudiza a nivel nacional, la crisis del oficialismo liberal, dirigentes vinculados al gobierno anterior, renuncian al partido por considerar no cumple su compromiso social, y no aceptan la dirección de Gaviria, saturado de cuestionamientos de toda índole; pero solo actuaciones concretas podrán despertar la atención de estas posiciones.

En todo el país, hay movimientos políticos con orígenes en el partido liberal, con distancias de sus estructuras tradicionales, con claridad sobre la crisis de su organización y de sus equivocaciones frente al acontecer nacional, por lo tanto, será fácil la construcción de una organización alterna, si se demuestra una beligerancia capaz de despertar razón, emoción y pasión en el sentimiento colectivo.

En el Cauca, es pertinente reconocer, los Representantes a la Cámara, si bien es cierto, usan el aval liberal, también lo es, que son elegidos por sus propios esfuerzos, sumados a las convergencias, y acuerdos con otros sectores y partidos, pero en si nos son partido liberal, aquí esa clase de organización, no existe, ellos también en su momento fueron expresión de cambio, contra lo establecido por el frente nacional.

El senador Velasco Chaves, es displicente con las estructuras, ha tenido más liderazgo que partido; pero desde luego, se entiende el amarre de los avales, no permite la toma de posiciones independientes, pero ha sido, quien más ha ejercicio una crítica permanente a la dirección liberal y que se entiende hace parte del pensamiento renovador de la política en Colombia.

En la carta de renuncia al Partido Liberal, aparecen dirigentes con reconocimiento de sus actuaciones políticas y personales, pero también aparecen personajes, que inclusive todavía le deben explicaciones de sus firmas y convenios al departamento del Cauca, así se derrame la leche de Alpina.

Hay agotamiento, la suspicacia del engaño ronda las mentes más desprevenidas, razón por la cual, solo pronunciamientos y actitudes verticales, sobre contenidos concretos, despertaran interés, lo demás, se esfumara en el espacio de las cosas perdidas, en la repetición incesante de la historia.