Por: Oscar Castrillón – @OscrCastrillon
Si hay un lugar en donde el sabor, los saberes, la danza, y la música se unen, es el Congreso Gastronómico en Popayán, que nos dio días atrás una razón más para compartir en familia y aprender de la amplia diversidad gastronómica y cultural con la que contamos en el Cauca y el País.
Un espacio que llama particularmente la atención de payaneses y turistas, y que es digno de reconocer no solo por engalanar a la ciudad y el departamento entorno a un evento que nos integra culturalmente, sino también por el esfuerzo interinstitucional y de los distintos actores que lo hacen posible, demostrando que con articulación y voluntad podemos crear las condiciones necesarias para visibilizar nuestro departamento y su mayor riqueza: la cultural, es decir, el saber de nuestra gente, su sazón, sus ritmos, sus sabores, olores, y su sin igual riqueza natural.
La Corporación Gastronómica logró la designación de Popayán como primera ciudad de la gastronomía dentro de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO en el año 2005, que busca “promover la cooperación hacia y entre las ciudades que identifiquen la creatividad como factor estratégico de desarrollo urbano sostenible”; y este tipo de reconocimientos, consienten la necesidad de forjar y concentrar esfuerzos en destacar la grandeza de nuestro Cauca, nos invita a consolidar espacios propios que fomenten el turismo, que generen empleo y que se conviertan en escenarios fuertes de visibilización cultural; además que aporten a posicionar la creatividad y las industrias culturales en el centro del desarrollo local; como otro de los objetivos de la Red.
El Cauca tiene todas las condiciones para aprovechar una de nuestras principales fortalezas, la riqueza multicultural como el camino para el desarrollo sostenible del departamento, y eventos como el Congreso Gastronómico de Popayán, que es el único de este tipo en el país; se ha convertido en referente nacional porque reconoce la multiculturalidad como promotora del desarrollo social y económico de las regiones; pues lo tenemos todo: Las manifestaciones culturales y tradiciones Afro del Norte, conectadas con los pueblos negros del sur y centro, legado histórico y ancestral africano, que reúne expresiones musicales, culinarias, y saberes transmitidos y conservados generacionalmente; por ejemplo, la muestra de Violines Caucanos e instrumentos de cuerda que adoptaron las comunidades afro asentadas en los valles interandinos, especialmente en el norte del Cauca, pero también presentes en el sur y centro del departamento. Otra bella característica de las comunidades afro del Cauca digna de promover y visibilizar son las expresiones musicales de origen africano que se conservan en la Costa Pacífica, en torno a la musicalidad dada por la Marimba, que junto a los cantos y bailes tradicionales de la región colombiana del Pacífico Sur fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, y que expresa los ritmos propios del territorio.
Por otro lado, Cauca cuenta con ocho resguardos indígenas, en los que se conservan celosamente tradiciones, saberes, fiestas y rituales; de estos hace parte el pueblo nasa que es el segundo más grande del país. Los pueblos indígenas tienen una amplia influencia en el departamento gracias a su organización social, y a la tradición oral que conserva sus costumbres y cohesión.
La chirimía como manifestación artística y musical del departamento, es otra de las tradiciones que se han transmitido y conservado gracias a la oralidad, y como lo afirma el maestro Marco Antonio Valencia Calle, es el estilo musical que representa al Cauca en el mundo, “Con la chirimía marcamos territorio, hacemos la diferencia, aportamos a la cultura del mundo un sonido, un estilo, una forma y manera propia de vivir las alegrías y las penas”.
Y si hablamos de riqueza natural, hablemos de la majestuosidad de nuestros parques naturales y de su atractivo natural: Parque Nacional Natural Puracé, Parque Nacional Natural Munchique, Parque Nacional Natural Isla Gorgona, la Serranía de los Churumbelos, y el Complejo Volcánico Doña Juana; la represa de la Salvajina en Suarez; el país de los Vientos en Sotará, la Estrella Fluvial Colombiana del Macizo; nuestro Valle del Patía; donde se llevan a cabo actividades como el parapentismo desde el voladero de Balboa, el kayak y balsaje sobre los ríos Patía y Guachicono y el rappel en los acantilados de las Cuevas de Uribe; el Parque Arqueológico de Tierradentro, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1995, y que es la primera muestra de los avances arquitectónicos logrados por los antiguos habitantes de esta zona y que guarda el conjunto funerario precolombino más importante de América, la amplia diversidad de flora y fauna son parte esencial de nuestra riqueza, pues dan lugar a actividades como el avistamiento de aves; entre otros.
Porque, somos tamales y empanadas de pipián, carantanta, sopa de tortilla, envueltos de maíz, aplanchados, ají de maní, champús y aloja; y somos también, tierra, costumbres, tradiciones, somos Afros, negros, mestizos e indígenas; folclor, cantos y acentos. Por todo esto y más, es tan importante promover escenarios que muestren al mundo lo encantador que es nuestro Cauca, lo que nos hace Caucanos, lo que tenemos para dar, para enseñar y para disfrutar.
La invitación es a sentirnos muy orgullosos de ser anfitriones de lujo en el Congreso Gastronómico cada año, pero también de contar con tan increíble riqueza cultural y natural, con apasionarnos con nuestra casa e ir a conocer, disfrutar y hablar de todo lo tenemos, con comprometernos como sociedad civil, Gobierno y más que nada como caucanos a promover escenarios que fomenten estas ricas expresiones culturales, musicales, tradicionales, artísticas y turísticas caucanas, como referentes que resalten nuestra diversidad, de modo que nos destaque nacional e internacionalmente.
En fin, todo lo que somos culturalmente no lo debemos esconder, permitamos que el mundo lo pueda conocer.