La Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos condenó los ataques contra las comunidades indígenas en Cauca, en los que dos guardias fueron asesinados este fin de semana.

“Esta grave situación lleva a la Oficina a urgir al Estado por una protección efectiva de la vida y la integridad física y cultural de los integrantes de este pueblo indígena”, aseveró.

El comisionado Alberto Brunori manifestó su repudio por los ataques, al igual que los homicidios del médico tradicional Enrique Güejia, de Tacueyó, y del coordinador de la Guardia Indígena de Toribío, Gersaín Yatacué.

Agregó que, en lo que va de 2019 la Oficina ha recibido información sobre el homicidio de 36 integrantes del Pueblo Nasa del Norte del Cauca; sumados a aproximadamente 53 amenazas de muerte y ocho atentados.

En comparación con el año anterior, agosto de 2018, hay a la misma fecha nueve casos más de homicidios.

De acuerdo a la Oficina, de las 36 personas asesinadas este año, seis defendían los derechos humanos y pertenecían al proceso organizativo de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca: cuatro guardias indígenas, un líder y una autoridad en ejercicio.

Asimismo, recordó que la sentencia T-030 de 2016 de la Corte Constitucional, en concordancia con los estándares internacionales de derechos humanos, ordena al Estado a que las medidas a adoptar en materia de protección y prevención deben ser concertadas con las autoridades del Pueblo Nasa del Norte del Cauca y sus procesos organizativos, en el marco del derecho a la autonomía y el gobierno propio ancestral.

“Llamamos también a las autoridades para que las medidas judiciales que adopten sean coordinadas con la jurisdicción especial indígena; y a juzgar y sancionar cuando sea de su competencia a los responsables de los crímenes en contra del Pueblo Nasa, incluyendo también la investigación de eventuales omisiones y connivencias que pudieran haber favorecido estos crímenes”, sostuvo.