El desastre ecológico y ambiental, que se está presentando en el principal poblado caucano, sobre el litoral Pacífico, Guapi, no se ha dimensionado aún, pero sus habitantes, saben, que están naufragando en un mar de basuras, ante la indolencia de las autoridades, municipales, departamentales y nacionales, que tienen que ver con el control y manejo de los desechos organicos e inorgnánicos. Claro, que el problema no es de ahora, pero indiscutiblemente, en ésta administración, se ha agudizado el deterioro ambiental, en la población. Las calles, están, literalmente abarrotadas de basuras, y no es exagerado afirmar, como lo han hecho algunos medios de comunicación, que en Guapi, se están rellenando o pavimentado, las calles con basura. La primera foto, es por los lados de la Iglesia de Las Iglesia de Las Américas, pero hay otras, como la que sigue, que recoge el paisaje de la calle de Servientrega.
Lo que mas preocupa, es que se han dado una cantidad de reuniones de trabajo, tanto en la cabecera municipal, como en Popayán, a instancias de la Gobernación, de Emcaservicios, de la propia Secretaría de Infraestructura del Departamento, entidad que está administrando los recursos de saneamiento básico, ante la descalificación que sufrió el municipio, que le impide el manejo de los mismos, pero ninguna de las soluciones, que se proponen han recibido el apoyo y la aceptación de la administración municipal, que sinembargo, no actúa de ninguna manera y esta inacción, lleva a la situación caótica que se vive en el momento, y que presenta el panorama desolador en vísperas de la noche de navidad.
A todo ésto, los grandes «líderes» que se ha tomado el manejo de la burocracia, lo único que parece interesarles, se desentienden de la problemática del ente territorial, el hospital local, o ESE Guapi, dos de los principales motores de la municipalidad, en otros tiempos, pero que hoy son epicentro de decisiones absurdas, y la descalificación de sectores representativos, que han sido aislados de la toma de decisiones, por caprichos electoreros, que se toman desde la capital del departamento. No ha bastado, con la buena voluntad que ha manifestado el Gobernador Oscar Rodrigo Campo, en distintas oportunidades, pues la interferencia política, demostrada por aspirantes al Congreso, no deja fluir un consenso, indispensable para adelantar tareas en favor de la comunidad toda. Amarga navidad, para los Guapireños, la que los espera, y un pésimo comienzo de nuevo año, el que le dan, algunos dirigentes departamentales, que luego vendrán a pretender cosechar, lo único que los mueve, o parece interesarles, los votos de los abandonados negros del pacífico.