Por: Sebastián Silva Iragorri

En la lucha contra los cultivos ilícitos y la drogadicción hay cantidad de teorías y enunciados.

1-Una afirmación es que «La lucha contra las drogas fracasó». Esto no es cierto, lo que fracasó fue la estrategia de no combatirlas, como ocurrió durante los diálogos y después de la firma del acuerdo de Paz. Los cultivos de coca venían descendiendo desde el 2002 hasta llegar en el 2012  a  solo 47 mil hectáreas. Hoy existen 212.000 hectáreas. No pueden, quienes son los responsables por omisión, salir ahora a predicar el fracaso de la lucha contra las drogas.

2-«Los Países consumidores no hacen los esfuerzos suficientes para contener la demanda y por eso aumenta  la producción». Contiene parte de verdad, pero no toda la verdad. Por ejemplo, en Colombia parece obrar al revés, aquí hay que repetir, los cultivos se subieron porque hubo freno en la lucha en los últimos 8 años y esa cantidad de oferta ha estimulado el consumo.

3-«Mientras no se legalice el consumo el tema de las drogas es intocable». En primer lugar, la legalización tendría que ser mundial y este paso tomaría muchos años en su realización. Esto parece una táctica para no hacer nada y permitir que siga adelante el negocio hasta que algún día, hipotéticamente, haya legalización.

4- «Criminalizar trae violencia». Con este argumento se acabaría el Derecho penal y la sanción punitiva y entraríamos en situaciones de desvirtuar los objetivos del castigo que son: Disuadir y rehabilitar.

5-«El consumo de drogas forma parte del libre desarrollo de la personalidad». Este es el enfoque más perverso de todos. Cómo es posible pensar que se puede desarrollar la personalidad haciéndose daño?  Cómo es posible que la adición individual esté por encima de los intereses de los niños y de la colectividad?

6-«La única forma de destruir  cultivos ilícitos es la erradicación manual voluntaria». Esta erradicación puede hacerse pero con otras acciones al tiempo. Un estudio serio concluía que para erradicar las 212 mil hectáreas de coca hoy en el País, al ritmo que tiene esta práctica, se podrían tardar 102 años.

7-«No puede haber fumigación aérea». Afirman que el glifosato, que se utiliza en la mayoría de cultivos en la agricultura, afecta la salud humana cuando se usa contra cultivos ilícitos. A muchos no les conviene esta erradicación tan rápida, pues se acabaría el negocio. La aspersión aérea puede hacerse en sitios específicos y según las normas de la Corte Constitucional  y aceleraría la destrucción de estos cultivos.

8-“El tema de las drogas debe tratarse como un problema de salud pública y con prevención”.  Mientras se toman medidas de salud y preventivas, difíciles de medir y de retardados resultados, los cultivos continuarían creciendo y el negocio seguiría intacto. Sí debe hacerse prevención y tomar medidas de salud pública, pero sin dejar de enfrentar simultáneamente la pirámide del narcotráfico, con erradicación manual voluntaria, erradicación forzosa, aspersión aérea limitada, desarrollo alternativo, sustitución de cultivos, incentivos de destrucción sin premios para la resiembra, acción contra los insumos, precursores químicos, laboratorios y demás.

Esta es la política del actual Gobierno. Muchos se oponen de frente y otros falsamente se escudan en enfoques, como los que hemos analizado, para que el negocio siga y ellos aparezcan como luchadores en su contra. Hay cantidad de hipocresía y apoyos disimulados a estas conductas criminales. Muchos se han favorecido y quieren que el negocio continúe. Del otro lado, estamos la mayoría de los colombianos que queremos un combate frontal y definitivo contra el Narcotráfico, en todas sus etapas, hasta algún día,  hacerlo desaparecer de la faz de Colombia.