El paro de maestros, liderado por el Sindicato de ASOINCA, es muy justo. Nadie puede negar, que a los maestros como al resto de la población colombiana, este maldito sistema de salud, se nos está robando la plata descaradamente, y no se vislumbra solución a la vista. Respaldamos entonces, la lucha que están dando los sindicalizados en ASOINCA, en este departamento. No compartimos, como la mayoría de payaneses y caucanos, que los maestros, o cualquier otro gremio, que vea afectados sus intereses o sus derechos, utilice medios que lastimen al resto de la población. Ni siquiera acudimos a la señalización de “ilegales o inconstitucionales”, no. Preferimos decir que, para todas las acciones que ejecutemos en la vida, hay que procurar no vulnerar los derechos de nuestros semejantes. Hay que tratar de no perjudicar, con nuestro andar, con nuestra conducta, otros derechos. Es una norma elemental, que nos puede llevar a resolver muchos conflictos sociales. Que nos puede evitar muchos dolores de cabeza. Que, incluso, nos puede atraer solidaridades, verdaderas, no solo para ser enunciadas, sino para que el conglomerado social, se pronuncie y se haga sentir frente al estado, por lo que reclamamos, como justo.
Otra cosa es que, en medio de la protesta social, que desencadena una respuesta de la fuerza pública, se prive de la libertad a quince o diez y seis maestros, entre ellos el Presidente del Sindicato (ASOINCA), para anunciar luego, que se los judicializará. Es demasiado desparpajo. No tiene ninguna posibilidad de prosperar el secuestro simple, simplemente porque, éste no se dio. Es una invención de mentes muy alegres, que van formulando hipótesis muy intrépidas, que no podrán salir avantes. No hay forma de demostrar el secuestro. Este departamento, y este país, no soportan tantos desatinos juntos.
A todo esto, sumemos que estamos en un momento de la historia de Colombia, que llama a la cordura. De las autoridades, de los gremios, de los jueces, fiscales, de la fuerza pública, de los sindicatos etc. Atorar al cauca, con un proceso por secuestro a unos maestros que salen a protestar porque el estado no ha sido capaz de solucionar el problema de la salud en Colombia. Que liberen.
Libertad para FERNANDO VARGAS y su esos maestros, y que los jueces y fiscales se dediquen a lo que verdaderamente angustia a los caucanos de bien. A continuar, con esa labor de la fiscalía de descubrir y castigar la corrupción en nuestro departamento, campo en el cual nos han sorprendido gratamente, a la delincuencia común y organizada. Este Cauca, necesita mentes sensatas. Y espíritus sosegados. No nos dejemos alebrestar por las redes sociales, o de sectas político-religiosas, que han prosperado al amparo de espíritus, otrora inflados por el poder y hoy viudos de él, que añoran tomar nuevamente el mando de nuestra patria, para exprimir más al pueblo y ahondar en las enormes diferencias sociales, que nos agobian.
Libertad para FERNANDO VARGAS y su grupo de maestros detenidos, por favor.