Líderes Misak y delegados del Gobierno Nacional firmaron un acuerdo en el Resguardo Indígena de La María, municipio de Piendamó, Cauca.
Allí, establecieron que los Misak tendrán derecho ancestral territorial “a la memoria histórica identitaria y sagrada” sobre la pirámide ceremonial de Tulcán.
Respecto al monumento de Sebastián de Belalcázar, derribado por las comunidades, se indicó que solo el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH, autorizará cualquier tipo de intervención en el Morro.
Por otra parte, las universidades serán garantes y una subcomisión conformada ejecutará las labores de seguimiento.
La Alcaldía de Popayán desmintió que con esto se haya declarado el Morro de Tulcán como un territorio ancestral y recordó que se trata de una estructura que hace parte del Patrimonio Cultural de la Nación.