La Jurisdicción Especial Indígena judicializó a siete disidentes de las Farc detenidos por el asesinato de Jesús Antonio Rivera de 32 años de edad, en la vereda Huellas, municipio de Caloto, Cauca.
A 25 años de cárcel, 10 en un centro de armonización y nueve sacudidas o latigazos fueron condenados dos de los sujetos, acusados como los responsables de disparar.
Por otra parte, se determinó cinco años de prisión y nueve sacudidas a dos reincidentes que ya habían sido enjuiciados por otras desarmonías.
A los otros tres, les dieron tres años de trabajo comunitario y 41 latigazos.
En esta oportunidad, las armas no fueron destruidas y entraron a hacer parte de un proceso que busca abrir un diálogo en el que intervendrá la Iglesia Católica.