Luego de 24 años de servicio a la Policía Nacional, el intendente William Ricardo Campiño Acosta se despidió de la Institución y escribió una carta en la que agradeció a su familia, superiores, amigos y colaboradores.
Campiño Acosta fue hasta hoy el Jefe de Comunicaciones Estratégicas de la Policía Metropolitana de Popayán y no se descarta su aspiración al Concejo Municipal en la próxima contienda.
Este fue el texto con el que se despidió:
Llegó el momento…
En esta pequeña epístola quiero grabar el saludo de agradecimiento más sincero de mi vida, quiero decirle a esta hermosa tierra caucana y a esa hidalga institución llamada Policía Nacional de Colombia, que a mis cuarenta y cinco años de existencia me siento realizado como individuo de la sociedad, me siento satisfecho como líder social vestido de verde oliva que se puso al servicio de tan marcada comarca que a gritos pide justicia y equidad.
Siento entereza en mi corazón al saber que durante poco menos de 24 años como agente del orden, ceñido con uniforme, gorra y botas, entregué toda mi capacidad para generar estrategias de convivencia y promover solidaridad hacia el prójimo. Me regocijo porque mi alma no me obligó a esperar recompensa ni el aplauso del otro, solo añoré ver que la necesidad del pobre y del desvalido se convirtiera en instantes de felicidad y sentimientos de esperanza.
Mil gracias a todos mis superiores, a todo mi equipo de trabajo, a mis compañeros, a mis amigos y colaboradores, a aquellos que se fueron y a los que quedan en el cargo público que en medio de las vicisitudes lo asumí con honor y orgullo; deseo que en su trabajo continúen realizando cosas increíbles en beneficio del necesitado. Un abrazo a esos hombres y mujeres que decidieron sin retribución alguna poner en primer lugar a la emisora de la gente, a la Radio Policía Nacional 94.1 f.m., reconozco que todo lo hicieron por su pasión a la radio y el amor al pueblo, a aquellos los considero mi gente, mi esencia, ellos son pilares de este “Caucano de Corazón”.
“No soy de aquí, ni soy de allá”, soy un policía foráneo y propio de esta tierra que decidió trabajar por amor al servicio, por amor al niño huérfano, al enfermo solitario, a la gente humilde, a los habitantes de la calle, a los animales que deambulan y sufren con trabajos pesados, y por el anciano olvidado.
Entendí como policía, que para unos somos buenos y para otros somos malos, pero al fin y al cabo la palabra servicio, es lo que me define y lo que aprendí a prestar sin importar los contratiempos que la humanidad genera.
William Campiño agradece a todos, a las autoridades, a los líderes sociales que velan por el necesitado, a los oyentes, a los periodistas, a los estudiantes de todas las instancias del conocimiento, a los héroes policías y militares y en especial a esos que en el cumplimiento de su deber ofrendaron sus vidas. No escribo nombres en particular porque a todos los caucanos les debo un poco de mi vida. Mi esposa Gina Marcela, mis hijos Valentina y Nikolás se sienten agradecidos del trato que ustedes caucanos le dieron a este nariñense, que hoy y siempre será un ‘Caucano de corazón’.
“Que no se apague la música”, es mi mensaje para la Radio Policía Nacional 94.1 f.m., que sus canciones y sus actividades se sigan escuchando en todo el mundo, porque esta emisora es grande y nació para quedarse en el corazón del oyente.
Ahora yo como fan número uno alentaré y apoyaré desde mi tribuna todo lo que emprenda este grupo de trabajo que hace de los micrófonos su mejor arma para estar del lado de quienes más lo necesitan, estaré ahí para que su alegría no se apague y para que la Policía Nacional sea más grande.
Finalmente, señores Oficiales, suboficiales, mandos ejecutivos, patrulleros, Auxiliares de Policía y personal no uniformado de la Policía Nacional, quiero pedirle a Dios que bendiga sus vidas, cada momento compartido con ustedes me formó como ser humano; me llevo lo bueno de cada persona, pues ayudó a hacerme más fuerte y me llevó a entender que todos necesitamos de una mano amiga.
Quiero decirles que mi tiempo como policía activo terminó, que este prestigioso uniforme lo guardo en el museo de mi vida, pero mi vocación de servicio sigue intacta para pasar al segundo nivel de mi vida, este Caucano de Corazón no se detiene, por el contrario, afina nuevas estrategias y tantea con responsabilidad el nuevo derrotero social para que este Departamento y en sí, para que toda Colombia siga mejorando y continúe por el camino de la paz, la equidad y la convivencia.
Gracias y hasta pronto a una gran institución. Con amor y aprecio, Dios y Patria
William Campiño
Policía un día, Policía toda la vida…