Quizá hablar este tema sea condenado por algunos sectores de la población, pero es necesario, para entender como influyen, la cultura y la religión en el estilo de vida de los hombres y mujeres en nuestro planeta, tratarlo en forma desnuda. En nuestra bella villa, La ciudad blanca de colombia, Popayán, hay personas que no se dejan penetrar por las costumbres semanasanteras. Les importa un pepino, los horarios de las procesiones, los pasos, los cargueros, y en fín toda suerte de elementos que conforman la semana santa. Pues escribir sobre esto, hacer una crónica, escribir un artículo resulta sumamente interesante, por ello, hemos decidido publicar este parangón que ha publicado del portal Kien y Ke, apropiado para nuestras curiosidades y para mejorar nuestra información sobre en que quemamos el tiempo en ésta época sacra para algunos, pero insulsa para otros.
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El artículo 19 de la Constitución Política de Colombia de 1991 aclara que: “Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley“.
Los católicos prevalecen en esta sociedad con sus ceremonias y fiestas. La Semana Santa es una de ellas y se caracteriza por sus días festivos, jueves y viernes santo y se otorgan con la idea de que los fieles hagan un alto en las labores cotidianas para contemplar el misterio pascual, con el corazón dispuesto a volver a Dios y con el ánimo de promover los sentimientos que permiten aumentar la fe y devoción al Hijo de Dios.
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Quienes en verdad siguen este tiempo de recogimiento, asisten a las diferentes ceremonias que se celebran desde el Domingo de Ramos, pero para otros la semana santa es sinónimo de vacaciones y aprovechan para viajar con su familia y para descansar.
Los niños y las personas mayores son las que más siguen este tipo de tradiciones, los niños influenciados por sus padres y los mayores por tradición, pero ¿y los jóvenes entre los 20 y 35 años que hacen?
Kienyke.com se dio a la tarea de preguntarle a 3 jóvenes de diferentes religiones acerca de su percepción de la Semana Santa, esto fue lo que respondieron.
La católica
Angélica tiene 23 años y es periodista, recuerda que su abuela materna siempre tenía una imagen del niño Jesús, le prendía una vela todos los días y eso logró que “algo dentro de mí me guiara a estar inmersa en el catolicismo”.
Asiste a la parroquia San Ignacio de Antioquía ubicada en la 1 de mayo con 68, barrio Floralia en Bogotá y hace parte activa de la comunidad desde los 12 años, “curiosamente llegué sola, no fue ni porque mi abuelita me dijera ni porque mis papas me dijeran, es más, cuando comencé en la parroquia ellos se molestaban porque pasaba mucho tiempo allá”.
Para la periodista, la Semana Santa es importante porque “es un momento de reflexión, de recogimiento con uno mismo y no importa de la religión que seas, independientemente si eres católico, evangélico, musulmán, judío o lo que sea todos creemos en un dios y es el momento para volver a esas creencias y agradecer”.
No cree en los mitos o agüeros de semana santa, tampoco tiene algún ritual en especial, su preparación es confesarse una o dos semanas antes de la fecha, hace parte del coro de la iglesia y durante la Semana Santa asiste al lavatorio de los pies, la última cena, el viacrucis y la vigilia pascual.
Con respecto a las celebración de las demás religiones, indica que todas ellas tienen sus fechas importantes y sus fieles las celebran, pero no son tan visibles. El que una persona no celebre la Semana Santa es decisión propia, puesto que “cada cual es libre de hacer y de creer en lo que quiera, sea o no católico es la vida de cada uno. Así como hay católicos aficionados, hay otros que no lo son tanto y el ideal es estar en el medio. Y pues bueno no soy quien para juzgar a nadie” afirma la periodista.
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El ateo
Esteban Restrepo tiene 33 años y se considera ateo. Proviene de una familia católica, estudió en un colegio católico, fue acólito en su infancia y hasta los 28 años hizo parte activa de la comunidad católica.
“Yo no creo en lo espiritual y en lo trascendental que muestra una misa. A través de ir razonando en torno a la vida, de ir pensando en el por qué necesitaba un Dios esta sociedad y del por qué necesitábamos un ser supremo, no encontré muchas respuestas, incluso aún no encuentro muchas respuestas”, comenta Esteban sobre el por qué no cree en Dios.
Afirma también que no es un fanático radical que dice que Dios no existe, “Dios ha sido creado por los entes para responder a unas preguntas que no tienen respuestas, y para tener un grado de seguridad y yo desde el pensamiento he tratado de construir eso y es que la seguridad se la construye uno mismo”.
La Semana Santa para Esteban es de trabajo y vacaciones, no lo ve como una pascua, sino lo ve como un paso que toda persona debe dar en la vida y lo disfruta de esa manera, y aunque no cree en Dios, comparte con su familia en algunas ceremonias viéndolo desde el lado cultural, como si fuera una conferencia a la que asiste.
No creer en Dios le ha generado más seguridad, ya que afirma que la seguridad se la construye uno mismo, “tú haces las cosas bien y piensas que Dios te va a premiar de la misma manera y resulta que no, entonces te haces las preguntas de por qué Dios es así. Yo pienso que gracias a mí no tengo esos problemas” concluye Esteban.
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El cristiano
El bogotano Christian Cruz tiene 23 años, es comunicador social, forma parte del grupo de alabanza del templo Casa Sobre la Roca y es un cristiano protestante.
Como muchas familias en Colombia, las tradiciones hacen parte de su idiosincrasia, su formación fue regida en valores. Vivió en diferentes lugares del país y por tal motivo estudió en diferentes colegios, entre ellos, un colegio Presbiteriano.
Cuando tenía seis años, su abuela fue quien empezó a ir a la iglesia cristiana, luego sus padres se unieron a ella y por supuesto él también asistía, sin embargo aclaró, “yo iba con ellos porque pues obviamente en ese entonces y a esa edad no tenía mucha noción de lo que implicaba ni de lo que me importaba respecto a ese tema”, pero a la edad de 15 años, ya sabiendo que quería y que le gustaba, decidió bautizarse, “porque en el ámbito cristiano las personas se bautizan cuando tienen una edad consciente de lo que sucede y donde pueden hacerlo porque quieren y no porque te obligaron” indica Christian.
A los 17 años dejó el cristianismo porque los lineamientos del cristianismo protestante no iban de acuerdo a lo que él pensaba, pero a los 20 años y luego de tener una serie de experiencias y de espacios de reflexión, decidió ser cristiano por convicción y no por influencias.
Al igual que para Christian, como para muchos otros jóvenes, la Semana Santa no tiene relevancia alguna, “laboralmente y académicamente la Semana Santa pierde toda relevancia porque se convierte en una semana de vacaciones y de respiro de la cotidianidad para muchas personas, no es importante pero sí me tomo mi momento para reflexionar y ahondar más en lo que significó el inicio de esta ‘celebración’”.
A pesar de no celebrar la Semana Santa, sí conmemora lo que significa, la muerte de Jesús en la cruz por nuestros pecados, sin embargo, esto no cambia nada en su semana “no por ser Semana Santa dejo de hacer cosas, dejo de jugar, de vestir de cierta forma, de comer ciertos alimentos, ya que bíblicamente no está sustentado nada de eso, pero sí recuerdo y evoco de lo que en realidad se trata esta fecha, y es la muerte de Cristo para la redención de la humanidad”, comenta el bogotano.
Dios, la religión y los jóvenes
En la actualidad los jóvenes tienen muchas opciones con respecto a Dios, algunos eligen ser parte de una religión, otros eligen no ser parte de una y otros por el contrario eligen no creer en Dios.
Uno de los argumentos fuertes para que los jóvenes no crean en la religión es debido al fanatismo de unos cuantos y a la mala reputación que tiene por ejemplo la iglesia católica entre otros por los casos de pederastia que se registran en diferentes partes del mundo.
“Dios se ha vuelto un asunto de mitificación y de constante cuestionamiento, las personas no creen en Dios no porque no lo vean ni porque no se les hable de Él, sino porque sencillamente sus lineamientos y sus directrices no son lo que las personas quieren oír o hacer” comenta Christian.
Por su parte, Angélica indica que “los fieles de otras religiones sienten la fe que tienen en el dios que creen, hay religiones extremadamente bellas y místicas como el hinduismo, pero hay otras como el Islam que bajo la “fe” o creencias que tienen quieren que todos seamos iguales y cometen actos atroces”. También afirma que los jóvenes no es que estén alejados del Dios, sino que lo niegan, ya sea por pena o por el que dirán, pero ” todos están cerca al dios que creen”.
Christian afirma que “la sociedad en general y los jóvenes no creen en Dios porque simplemente no se les ha mostrado como realmente es, y los que intentan hacerlo lo hacen de manera errada como si fueran los abogados de Dios en la tierra, y si somos sinceros Dios no necesita redentores o abogados ante la humanidad, es la humanidad la que necesita un intermediario entre Dios y ella, y ese fue Jesús”.