Anoche, mientras sus hijas rezaban el rosario, se fue apagando lentamente la vida de una dama ejemplar, oriunda del viejo Caldas, que llegó al Patía, por allá en los años 50 a finales de la decada, para sembrar ejemplo de señorío, de bondad, de fidelidad al legado cristiano y de tenacidad para jalonar una familia que le ha dado, gozo y satisfacción al municipio y a la sociedad patiana. Doña Soledad Valencia de Gonzalez, efectivamente, de la mano de don Antonio Valencia, llegó al Patía, haciendo eco de esa corriente que asistió al Viejo Caldas, de colonizar las cordilleras del sur del Cauca, tierra promisoria para el café, en esa época, y se quedó definitivamente, ganándose el aprecio de la población entera.
Muere a los noventa y un años, después de ser internada, en el Hospital San José, el 23 de Diciembre, con una dolencia, que se consideraba menor, pero que le desnudó otras fallas en su organismo, que la fueron llevando paulatinamente, a ese momento definitivo que sucedió anoche, de llegar a gozar del abrazo eterno del creador. Deja, una familia compuesta por Dora Ligia, Hernando, Nelly, Soledad, Fabio, Oscar, Martha, nietos y bisnietos que la recordarán por siempre, por su amor y dedicación. Solo falta Jaime, quien precisamente, está cumpliendo cinco años de muerto.
Su velación se dará a partir de hoy en Jardines de Paz, misa a la una de la tarde mañana viernes en la Iglesia Papal, y posterior llevada a su morada definitiva en Jardines.
Paz en la tumba de Doña Sole, y el abrazo de nuestra casa periodística a una familia entrañable y ejemplar de nuestro município y del Cauca.