Los cambios en la administración pública, son buenos, convenientes, cuando se han cumplido ciclos, o cuando los margenes de error permitidos se superan y permiten avizorar que no habrá éxito en el propósito fundamental, de todo ejercicio de gobierno, cual es el de darle bienestar a los ciudadanos y satisfacer sus necesidades mas sentidas. Pero, cuando los cambios se dan muy continuados, en períodos muy cortos, no hay oportunidad de encajar la sapiencia del funcionario, con el estilo y los propósitos de gobierno. Es lo que está sucediendo con la administración del Doctor César Cristian Gomez,que no le viene bien a la ciudad.